
El consumo se frena en seco en vísperas de Navidad lastrado por la tensión política en Cataluña, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hechos públicos ayer.
Las ventas del sector registraron una caída del 1,2 por ciento el pasado mes de octubre, la primera desde el pasado mes de abril, cuando el descenso fue ya del 1 por ciento. A precios constantes y corregidos los efectos estacionales y de calendario, el descenso fue ligeramente menor, del 1,1 por ciento.
Todo después de la ralentización que está sufriendo el consumo desde el pasado mes de junio y a lo largo del tercer trimestre del ejercicio. Una vez corregidos los efectos del calendario, se registró una caída del 0,3 por ciento en julio y del 0,1 por ciento en agosto, registrando en septiembre un crecimiento mínimo de una décima.
Mucho peor es, sin embargo, la situación en Cataluña. El descenso de las ventas fue del 3,9 por ciento en esta comunidad autónoma, lo que la situó a la cola de España. Tan solo en Melilla, con un descenso de las ventas del 4,4 por ciento, se registró un desplome mayor del comercio minorista.
En el caso catalán, según anunció el ministro de Economía, Luis de Guindos, el descenso fue aún más acusado en las grandes superficies, con un descenso de las ventas en determinados días después del referéndum ilegal de hasta el 20 por ciento en el centro de Barcelona. El descenso del consumo fue, sin embargo, prácticamente generalizado en todas las comunidades autónomas.
Las ventas del comercio minorista tan solo aumentaron en octubre en Canarias, con un crecimiento del 1,7 por ciento; en Navarra, con el 1,4 por ciento y en las Islas Baleares, con un 1 por ciento. En Madrid hubo un estancamiento y en todas las demás, siempre según los datos del INE, se registraron caídas de ventas.
La Confederación Española del Comercio no ocultó ayer su preocupación, asegurando que "la situación de inestabilidad política, que en octubre generó un descenso en la confianza del consumidor, sumado a las temperaturas anormalmente altas hasta hace pocas semanas, han lastrado las ventas de la campaña otoño-invierno en el comercio minorista".
Los comerciantes han reconocido su "inquietud", además, ante la posibilidad de que la campaña de Navidad pudiera verse lastrada de seguir este descenso en las ventas. La CEC, que representa al pequeño comercio, confía a pesar de todo en un repunte en noviembre como consecuencia del Black Friday.